Inspiradora sesión de fotos en Orocovis

Inspiradora sesión de fotos en Orocovis

Con el traje azul y el sombrero de bejuco, Amanda entró por el pasillo. No solo entraba a mostrar el vestuario que había construído, sino que entraba personificando a una mujer, de época, de mirada profunda y llena de humildad, que nos recordó a nuestras abuelas y a otras mujeres del siglo pasado. Nos miramos a los ojos asombradas y cada una regresó a su área de vestuario a construir desde el recuerdo. Piezas de vestir comenzaron a tomar vida, sombreros cargados de historias tomaron relevancia y en armonía de color, construimos un vestuario que nos llevó a recordar y homenajear vidas del pasado. 

La casa se convirtió en un closet gigante y por todos lados hay ropa, sombreros, zapatos y accesorios. Esta vez nos preparamos para una sesión de fotos en la montaña. En un recién pelado terreno listo para la construcción de una casa. Fue inevitable que pasara por desapercibido entre tantas verdes montañas. Es un terreno marrón, terracota brillante, ¡perfecto para hacer fotos!

Me encanta inventar, lo acepto. Nos encanta inventar, debo decir. Hacer fotos es una de mis pasiones que puedo compartir con mi gente. Es de esas cosas que puedo hacer y ni cuenta me doy del tiempo. Me gusta trabajar ideas y conceptos, llevarlos a la realidad y buscarle los mejores ángulos. Y ese terreno era perfecto para crear imágenes. Esto lo hicimos en complicidad con Rubí, mi mejor amiga y junto a nosotras, Amanda Antonella, Lilac Alvarado y Moises Pujols, formaron parte de este dream team. Con Rubí llevo muchos años de amistad. Nuestras familias son amigas desde los ‘90s, y el arte y la música son un denominador común. Pensar en proyectos de fotografía siempre me hace ir a Rubí, para contarle, para enseñarle; para que sea parte. En fin, hablamos el mismo idioma y nos abrimos a las posibilidades. 

La sesión fue realizada en el Barrio Saltos, de Orocovis. F: Moises Pujols.

La sesión fue realizada en el Barrio Saltos, de Orocovis. F: Moises Pujols.

Llegar a este vestuario fue revelador, pues mientras surgía, nos veíamos y conectábamos con elementos del vestuario, que nos recordaban a nuestras ancestras. Nos causaba mucha alegría ir construyendo desde el recuerdo, de cómo cada pieza de vestir nos contaba una historia, nos instaba a imaginarnos. A imaginar sus vidas. A imaginar sus gestos, su pelo y los elementos con los que interactuaban. Movimientos y gestos sutiles, en homenaje a nuestras abuelas, a las abuelas de las montañas que la humildad vestía. 

“Es algo terapéutico, que te saca de la normalidad, de lo ordinario y transformarte para crear un personaje, es sanador, porque te da break de salir de ti mismo por un rato”. - Rubí. 

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Y así, sin esperarlo, esta ha sido una de las sesiones de fotos más armoniosa y genuina, y con más historia para contar. El resultado es increíble, agradable a la vista y para nosotras, es el alma contenta creando desde el recuerdo. Homenajeando y poniendo el cuerpo a las telas que alguna vez fueron moda, y hoy son piezas vintage, de colección, y más que todo, piezas de recuerdo.  

Sobre algunas piezas del vestuario:

Los sombreros de Rubí y Lilac fueron hechos por Vicente Ramírez. Vicente era el abuelo de Rubí; “El papá de mi papá. Él era agricultor, vivía en Orocovis y tuvo 9 hijos. Comenzó haciendo canastos para recoger café, hechos con bejuco de paloma y cupey. Luego, comenzó a hacer sombreros para cubrirse del sol y así continuó haciendo estas piezas. Un día, un señor me cuenta que se hizo famoso por los sombreros y los vendía en el pueblo. La gente también le encargaba otros artículos para el hogar.”

Vicente Ramírez.

Vicente Ramírez.

El sombrero que está utilizando Amanda está hecho con los mismos materiales pero fue hecho por Don Geño; un artesano orocoveño del barrio La Francia, que actualmente trabaja haciendo distintos objetos con esta fibra natural. Y el que llevo yo, era el sombrero del papá de Rubí, Ismael Ramírez, que utilizaba para cubrirse del sol mientras trabajaba la tierra. Ismael, fue maestro de ciencia y matemática de escuela elemental en el pueblo de Orocovis. En su tiempo libre era agricultor y emprendedor.

Don Geño.

Don Geño.

Ismael Ramírez Torres.

Ismael Ramírez Torres.

La camisa que llevo era de mi abuela, Nini, María Donatila Ortíz, aunque su verdadero nombre, María Domitila, lo descubrió cuando fue a solicitar los beneficios del seguro social. Ella fue la valentía hecha mujer. Nació en 1918, tuvo cinco hijos y vivía en el Barrio Bermejales de Orocovis. Fue costurera y se cosía casi toda su ropa. Recuerdo que Nini también alteraba las camisas y le añadía manga para que fueran de ¾ de manga. Llegó a coser trajes de novia y de desposada. Aprendió a guiar a los 54 años, vendía Avon por la comunidad y la gente la quería mucho.

María Domitila  “Nini” Ortiz.

María Domitila “Nini” Ortiz.

Los trajes de Rubí y Lilac le pertenecieron a Mayita, una costurera puertorriqueña, que trabajó en Nueva York para los años 60’s y 70’s como modista, y quien se hacía su propia ropa. Es a través de Minerva, una amiga de Rubí, que llegamos a esta colección con más de 60 piezas vintage, la mayoría, hechas por ella. (Lamentablemente, no conseguimos una foto).

Espacios: Una cabaña en la ciudad

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