Noctámbulo, la revista que definió una generación

Ok, páralo ahí, páralo ahí, páralo ahí… así se escucharía decir al dj en un party de marquesina o un bar en el ‘98, para anunciar algo importante. Pero esta vez, lo mandamos a parar nosotros: es que hay que hablar de que la revista Noctámbulo está de vuelta… ¿Qué? Sí, Bueno, Noctámbulo está viva o al menos, ha sido revivida. 

Y es que quienes vivimos nuestra juventud entre los años de 1998 a 2008 entendemos lo que fue esta icónica revista por su tamaño y contenido. Era una revista diferente que muchos llegaron a coleccionar, tanto así que en el 2024, el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) acaba de adquirir la colección de 115 revistas que documentan la escena alternativa de esos 10 años y la convierten en un referente histórico de la gestión cultural de Puerto Rico para aquel entonces.  

Pero no fueron 10 años cualquiera; fueron los años del Y2Q, de la entrada al nuevo milenio y la transformación que vivimos de lo análogo a lo digital. Fue para esos tiempos que comenzaba el internet en Puerto Rico y el icónico sonido en nuestras casas de coquí.net anunciaba el futuro. Recuerdo que mi hermana coleccionaba estas revistas. Ella estudiaba en Santurce y las conseguía en tiendas de surfing, bares y conciertos. Su tamaño bolsillo, la hacía fácil de cargar y leer. No había nada como esa revista y no lo ha habido después de su cierre en el 2008. Es por eso, que en el 2024, cuando se vuelve a revivir esta revista con la adquisición de la colección en el MAC, ha sido como revolcar el hormiguero; avivar pasiones y revivir una época. Somos muchos los que nos emocionamos con esto, pues fue un medio de comunicación innovador, que dio espacio al arte emergente, al diseño, a la música independiente, el ambiente, el urbanismo, y fue lugar donde los raros, los diferentes, se podían ver, escuchar, leer y sentirse que eran parte de algo más grande. 

Ricardo Burgos en la oficina itinerante en la La Goyco. F. Suministradas.

Hablar de Noctámbulo es hablar de Ricardo Burgos; pero no. “Noctámbulo no fui yo, fue una escena; una generación. Fue mucha gente, muchos colaboradores, cientos de artistas y montones de bandas”, asegura en conversación telefónica. Todos conformaban una escena rica, llena de matices, sonidos, colores, muchas formas no tradicionales. 

Conversé con Ricardo Burgos a propósito de la exhibición y oficina itinerante “Ecos de la Subcultura: La Resonancia de Noctámbulo en la Cultura Puertorriqueña”, que abrió sus puertas el pasado 6 de abril en Taller Comunidad La Goyco. Como comunicadora cultural y que trabajo para escena indie y alternativa, conversar con Ricardo sé que será enriquecedor. Para contar la historia de esta revista, Ricardo me hizo un preámbulo de lo que fueron sus años 90’s. Me llevó por su historia de vida como empresario donde Noctámbulo fue una parte importante de su carrera. Para comenzar viene a mi mente,

¿Qué pasaba en tu vida en aquellos años que provocó hacer una revista? 

“Llegé a Nueva York a vivir en el ‘93, en la época de oro de los clubs, la electrónica y me envolví en esa escena. Luego viví en Bogotá, Colombia y me adentré en una estimulante escena musical de bandas indie y alternativas, que me daba más información, más experiencias en lo que marcaba el mundo y las grandes ciudades. Además para ese tiempo, visitaba a mi hermano en Madrid, donde podía ver la onda europea, las tendencias y así amplié mi perspectiva con influencias europea y lo que estaba sucediendo a nivel global”. Es así como para el ‘97 llegó de regreso a su natal Puerto Rico, cargado de experiencias e información que no tardó en poner en acción. 

Comenzó a hacer negocios y se asoció con dos amigos que trabajaban en la escena nocturna de los clubes, trayendo djs del exterior. Y es trabajando en esa escena y teniendo una perspectiva de mundo, que Ricardo decide hacer una revista. En un principio no se llamaba Noctámbulo, pero no pasaron muchas ediciones cuando decidió cambiarle el nombre. Es así como surge esta revista que fue un referente en su época, un espacio de comunicación con practicas de mercadeo innovadoras y que en su tiempo, llamaba la atención por lo alternativa que era. 

La historia que Noctámbulo cuenta en sus páginas es la historia de la escena alternativa y las subculturas en Puerto Rico para ese entonces. Y la historia de Noctámbulo como medio de comunicación es en sí la historia de un medio independiente a finales de los 90s y principios de 2000 en el archipiélago.

¿Cómo fueron esos años? 

“En un principio yo escribía los artículos y nos enfocábamos en el mundo alternativo moda, arte, música, ambiente. Las personas llegaban con deseos de trabajar y las marcas veían oportunidad de llegar a nuestra seguidores; nos veían como líderes de opinión en ese sector. Nuestra capacidad técnica era análoga, no habían cámaras digitales, yo compraba los rollos, se revelaban, veíamos las diapositivas y hacíamos la selección. Noctámbulo imprimía 50,000 revistas mensuales y en un momento contamos con sobre 45 empleados entre editores, fotógrafos, escritores, etc. Teníamos muchas reuniones creativas. Es por eso que la exhibición, más que una exhibición es una oficina itinerante donde queremos recrear como era la dinámica de trabajo de aquellos tiempos”.

¿Y qué pasó? ¿por qué terminó? 

“Fue un proceso difícil. Pero te puedo mencionar cuatro factores determinantes. El primero, la recesión económica del 2008 que en Puerto Rico comenzó a sentirse desde el 2005. Los auspiciadores comenzaron a recortar sus presupuestos. Para ese entonces teníamos una plantilla de 45 empleados… imagínate. En segundo lugar, después de 10 años vi que la escena no estaba evolucionando al paso que íbamos. Al final los issue fueron dedicados completamente a una de persona y su carrera artística. También me harté de las falta de respeto de algunos auspiciadores y agencias de publicidad a la hora de trabajar. Me cansé de suplicar, pedir, etc. Y, como siempre he sido una persona adelantada cuando vi que el social media comenzaba a despuntar, sabía que vendrían cambios y que no sería lo mismo”.

“No hay día donde alguien no me pare y me diga que me admira y que Noctámbulo fue lo máximo, que les cambió la vida”. 
— Ricardo Burgos

Bueno y me queda preguntarle, y ahora ¿qué? ¿A dónde van con todo esto? 

“La oficina itinerante es una representación de lo que fue la oficina de Noctámbulo. Tenemos la colección de fotos formato grande, que fueron utilizados en la Feria de Cultura Urbana, las revistas, un armario que aún conservo lleno de tags de artistas, en fin, este espacio ha sido creado para que vengan a conocer lo que fue Noctámbulo y desde este punto, realizar otros proyectos de investigación, conversaciones y encuentros, para reflexionar en lo que fue e imaginar un futuro. En este momento solo celebro y veo como fluye pues ahora, a mi edad, tengo otras prioridades. Ando con mis proyectos, en mi finca, y sencillamente me quiero disfrutar este tiempo como es.”


El staff y equipo de trabajo de Noctámbulo se prepara para contar su historia en una serie de eventos. El primero es el Conversatorio #1 Editores y Escritores (1998-2008) jueves, 25 de abril, 6PM a 8PM, en Taller Comunidad La Goyco. Una conversación sobre la resonancia de Noctámbulo en la cultura puertorriqueña. En esta ocasión dialogan Chaira Marino, Dalila Rodríguez, Dyanis de Jesús, Isabelle Hernández y Noel Villegas. Moderado por Ricardo Burgos. Además tendrá el Encuentro de Colaboradores, el sábado, 27 de abril desde las 12 del mediodía. Así que si fuiste colaborar, llégale a celebrar lo que fue este proyecto.

Si fuiste parte de esa generación que vivió esta revista, date la vuelta por esta exhibición y revive buenos tiempos con todas esas ediciones impresas. Además, conoce a sus gestores y conversa sobre tus historias con la Noctámbulo. Y si eres más joven o más adulto a esa generación, pasa también y descubre cómo un medio alternativo logró sostenerse por 10 años con una publicación mensual y donde lo mainstream no era lo mainstream… era otra cosa.

Síguelos en instagram: @noctambulopuertorico.

El Museo del Mundillo y sus 20 años de trayectoria

Ante la censura, saluda: Retratos de una deuda, la nueva exhibición de Garvin Sierra